miércoles, 23 de septiembre de 2009

algún día te llamaré



Página en blanco… te espero en esta noche limeña que pronto será madrugada bendita… una llamada puede cambiarlo todo… el teléfono no timbra, mis dedos se quedan cortos, no escuchó ese “¿aló?”… a veces me gustaría dormir por diez días y despertarme para jugar playstation otros 10 días más… escribir es una de las pocas cosas que valen la pena… tú eres otra de esas “cosas” importantes… estoy fumando mucho menos que antes… por eso acabo de terminar de fumar y me han dado náuseas… elijo el color celeste porque es el más neutral y debo comenzar a elegir cosas neutrales… el maestro Carvallo dice que la principal cualidad que debe tener un educador es la serenidad… eso me da miedo pues es una de mis cualidades menos notorias… te escucho cada vez menos pero que bueno es escucharte… los audífonos han sido reemplazados por los libros… qué flojera me da ir a la oficina… que escondido placer encuentro en ella aunque no me guste y yo sí… aunque sea 10% de transpiración, por favor… caminando por Miraflores el otro día creí verte pero era yo viendo como no eras tú y fue peor… a veces vienes (antes era al revés)… tengo que ver La huérfana sino enloqueceré… probablemente no necesite ver La huérfana y es sólo un pretexto para responder a las preguntas del psiquiatra sin título… ¿nos volveremos a ver?... ahora que lo pienso tranquilamente sé que me hubiera encantado ser actor… quizás porque mi vida es algo así… quizás porque nunca llegaré a ser escritor… quizás… Premio Nobel de Física… bah!... una llamada basta… escribo para que mi mente descanse de mí… escribo porque no encuentro otra manera de escapar… escribo porque te gusta y tú me gustas… ahora dejo de escribir porque también te odio… cocacolas malditas…














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